Hermano mayor oso
Era una soleada noche de verano. La nieve cubría los tejados de las casas en Peluchilandia. Dentro de una de esas casas, una osita panda llamada Millo veía, con su mejor amiga, Mimí, Amor en tiempos de Varicela, la serie del momento.
-¡Pero bésala, Eduardo Pelosdeculo!- decía mientras su cara se iba poniendo cada vez más roja.
- ¡POBRE PRINCESA VARICELAA! ¡SI NO LA BESAS, SE MORIRÁA!-dijo Mimí mientras se ponía cada vez más verde.
La princesa Varicela murió, y Millo empezó a golpearse la cabeza contra un barril de cerveza de su padre. El barril se rompió y Millo se empapó de cerveza. Más enfadada que antes, le dio un puñetazo a Mimí, que chocó contra la tele y la rompió.
-¡Oh, no! ¡La tele no!- exclamó Millo desesperada. Y al abrazar la tele, le dio una descarga eléctrica.
En la habitación de al lado estaba Burtin, el hermano mellizo de Millo, que era un gato. Estaba escondido debajo de su cama porque había visto una mosca.
-¡¡¡ Madalaine!!! ¡¡¡Madalaine!!! ¡¡¡Madalaine!!!
Eso era lo que Burtin gritaba cada vez que necesitaba ayuda.
Entonces su madre llegó y le regañó.
-Que te calles ya, que te pego, Eh. Que me estas rashando, niño.
-No me rashe que te rompo el jarrón, eh.- contestó Burtin.
-Tú no sales hoy. Castigado. Y nada de maquillarte.
-Dame la pinturaa. Dame la pinturaaa. ¡¡DAME LA PINTURAAA. QUE ME ESTAS RASHANDO EEH!! QUE MIRA QUE TE ROMPO EL JARRÓN…
Amenazando a su madre, al final consiguió que le diera la pintura. Aquello no tenía sentido, dado que él no se maquillaba.
Esa noche se fue con sus amigos de botellón, y volvió a casa por la mañana.
La madre de Burtin, (que se llamaba Bala Dia’ rrea) decidió que su hijo debía ser tratado por Hermano Oso, un psicólogo que trataba problemas de comportamiento en menores.
Aquella misma tarde lo llamó, y resultó que era su vecino. Se llamaba Currucón. Era un oso grande de peluche de color blanco.
La primera entrevista fue muy interesante.
-Hola, hijito. Yo soy tu Hermano Mayor Oso y he venido para hablar contigo.
-¡Pero que dise! ¿Tu eres el Hermano Mayor Oso? Yo veo esa serie todos los días.
-¿Tú fumas?
-Sí. Fumo pipa de atún.
-¿Qué es eso, hijo?
-Esto- dijo enseñándole a Currucón un bastoncillo de oído.
-¿Y cómo se fuma?
-Pues primero me lo tengo que meter por el culo.
-¿Y después?
-Rellenarlo con atún y comérmelo.
Currucón estaba desconcertado; nunca había visto un caso de locura parecido. Se le revolvió el estómago cuando Burtin se “fumó” el bastoncillo.
Cuando terminó la entrevista, Currucón fue a hablar con Bala.
-Señora, su hijo está completamente loco.
-No me diga- dijo Bala. Cuando habló, el psicólogo se dio cuenta de que tenía los dientes llenos de caca.
El psicólogo estaba asustado, sin embargo, nunca había fallado con ningún paciente. Burtin no le iba a estropear la reputación.
Al día siguiente volvió a casa de Burtin. Había pensado que si lo hipnotizaba, a lo mejor descubría algo.
-Túmbate en ese sillón- le dijo a Burtin.
Burtin se puso muy nervioso. Empezó a sudar y a respirar entrecortadamente.
-Iiiiiiiiiiii……Iiiiiiiiiiiiiii…Uuuuuuuu
-Te está entrando muuucho sueño. Todo a tu alrededor se va desvaneciendo. Cuando cuente hasta diez, te quedarás profundamente dormido. Uno, dos, diez. Ahora dime: ¿Qué ves?
-Está todo muy oscuro. Pero veo una luz. Es la luz de la nevera. Tengo miedo.
-Ve hacia la luz.
-¡No! La luz se escapa. Será cabrona… Espera, ¡es un sobaco! ¡Un sobaquilio! Que asco. Huele a sobaquilio.
-Entra en el sobaco.
-¡Oh dios mio! No está depilado. Espera, veo algo. Es una alcantarilla. Mamá pata está abandonando a un patito. ¡OH, POR DIOS! ¡QUE PATITO MÁS FEO!
-¿Eres tú el patito?
-Patito- respondió Burtin mientras se le caían las babas- salchichas de queso.
-¿Qué pasa con el patito?
-Se lo quiere comer una rata. Pero otra rata que tiene tetas quiere alimentarlo. Leche de rata. Que asco. Tiene los pezones arrugados.
-El pato se ha hecho grande. Que estúpido. Piensa que es una rata. Todos sus amigos rata se burlan de él porque no cabe por un agujero. Ha intentado entrar y se ha dado un golpe en la cabeza. ¡Ha perdido la conciencia! ¡Mira, es mi madre! Se esta llevando al patito feo. ¡Eh! Yo soy el patito feo. ¡Yo me he roto la cabeza!
-¿Eres un gato o una rata?
-En efecto.
-Ahora tienes que despertar. Cuando vuelva a contar hasta diez, te despertarás. Uno, cinco, diez.
Burtin abrió los ojos y se miró en el espejo.
-¿Quién es ese chico tan majete?
-Burtin, ya sé cuál es tu problema…
-Espera, te he escrito un poema:
Es un hombre genial,
es un chico con experiencia,
feo y sin inteligencia… ¿Recuerdas cómo era aquella receta de carne con patatas? Le puse la carne, pero no sé si estoy preparado para enamorarme otra vez…
-Burtin, tus padres biológicos te abandonaron y te criaste con las ratas.
-Eso que dices es terrible. ¿Una taza de té?
-¡Te diste un golpe en la cabeza cuando intentaste entrar por un agujero en el que sólo cabían ratas! Por eso estás tan loco.
-¿Marcelino? ¿Qué te pasa, Marcelino? ¡¿MARCELINO QUÉ TE PASA?! ¡REACCIONA, VUELVE EN TI!
-Burtin,¿ pero qué dices?...¿Quién es Marcelino?
-Marcelino, ¿una pipa de atún?
-Noooooooooooooooooooooooooooo!!!!!- Gritó Currucón alarmado.
Desde aquel día, Currucón no volvió a ser el mismo.
Fin